Ya hemos hablado sobre los históricos de datos y la gran cantidad de información que una empresa puede llegar a reunir; entre estos podemos mencionar: informes, contratos, facturas, fotografías, gráficos y hasta videos, todos ellos formatos que se usan de forma general en tu negocio.
Lo que quizá estés pasando por alto es el hecho de que estos datos provienen del concepto de «metadatos», los cuales son más valiosos de lo que crees.
Los metadatos son, básicamente, «datos que hablan sobre los datos», es decir, describen el contenido de la información o archivos que contienen. Una explicación más estructurada podría ser: información estructurada que describe, declara, localiza o facilita la gestión de esta.
«Los metadatos son “etiquetas” que detallan el contenido de un recurso de información».
Estos permiten a la personas ubicar y entender los datos, con información requerida que sirve para determinar qué conjuntos de datos existen para su correcta localización, la información necesaria para determinar si el conjunto de datos es adecuado para ciertos fines o para recuperar un conjunto de datos, para procesarlos y usarlos.
Dentro del contexto de la gestión documental, los metadatos son necesarios porque te ofrecen información específica sobre los documentos, haciendo sencilla su búsqueda, el acceso, el entendimiento, su rastreo y su organización.
Asimismo, los metadatos pueden incluir cuatro tipos de información:
Estos cuentan con una serie de aplicaciones que son bastante útiles y funcionales dentro de las empresas y sus procesos rutinarios.
Veamos algunos de estos usos:
Si en tu empresa se usan de forma correcta los metadatos, te permitirá asegurar que los documentos se puedan localizar fácilmente, además de acceder a ellos y utilizarlos de forma eficiente.
Por otro lado, los metadatos son cruciales para la correcta preservación digital a largo plazo, puesto que proporciona el contexto necesario para que nuevos colaboradores o socios entiendan y usen los documentos como se debe, correctamente.